En esta serie, seguiré el aporte de Howard Snyder, Profesor de Teología y Mision en Ashbury Seminary.
La Biblia y los primeros credos cristianos dicen nada acerca de “ir al cielo” Sin embargo, esa frase se ha convertido prácticamente en sinónimo de salvación en muchas mentes. La Biblia se centra en que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo, y la redención final de toda la creación, no una división eterna cósmica entre la tierra y el cielo.
¿A quien no le gustaría vivir en una mansión? La versión de la King James en Ingles, traduce la palabra “mone”, que es un cuarto donde pasar la noche, como mansión. Eso creo, después de la Reforma, una noción de que el cielo era una mejor existencia de la que los pobres peones pasaban durante su vida terrenal. Como he dicho antes, esto cambia la manera de pensar de aquellos que se les dice que la existencia después de la muerte es mejor que la de acá. Lo vemos claro en los himnos, les muestro dos ejemplos:
258 — CRISTO PROMETE QUE UN DÍA
I Pedro 4:13 (Del sol más allá)
Cristo promete que un día, feliz llevarme a gozar,
A un lugar tan precioso donde no hay que luchar.
CORO
Hay un lugar tan precioso: hay un lugar más de amor,
En donde cantan las almas, siempre del Buen Salvador.
Antes yo andaba en el mundo, sin consuelo en mi dolor.
Ahora soy muy feliz, tengo promesa de amor.
Yo sé que Cristo prepara una mansión celestial.
Para que canten las almas siempre del Buen Salvador.
Mientras padezco en el mundo muchos se burlan de mí.
Viene el día en que terminan todas mis luchas aquí.
El otro himno que tiene aun mas auge, que este servidor lo ha cantado a toda fuerza, es el próximo:
Mas allá del Sol
Aunque en esta vida no tengo riquezas,
Sé que allá en la gloria tengo una mansión;
Cual alma perdida entre las pobrezas,
De mí es Jesucristo tuvo compasión.
CORO
// Mas allá del sol, mas allá del sol,
Yo tengo un hogar, hogar bello hogar,
Mas allá del sol.//
Así, por el mundo, yo voy caminando,
De pruebas rodeado, y de tentación;
Pero a mi lado viene consolando
Mi bendito Cristo en la turbación.
A los pueblos todos del linaje humano
Cristo quiere darles plena salvación.
También una casa para cada hermano,
Aunque en Español no tenemos una versión que nos diga que vamos a una mansión, se nos metido ese modo de pensar por medio de los himnos, traducidos del Ingles. Por eso es que muchos aspiran a ir al cielo, y tenemos el dicho que “partió a mejor vida”.
¿Es ir al cielo nuestra meta realmente? Ya desde el libro de Daniel, vemos que Dios lo que quiere es una resurrección para todos, no una estadía permanente en el cielo, cf. Daniel 12:2. Ya en el Nuevo Testamento, vemos que los Judíos tenían la fe, no de vivir eternamente en el cielo, sino que iban a tener parte de una resurrección, y que iban a vivir acá, en la tierra para siempre, Lucas 11:24. Ya en las cartas Paulinas mas tempranas, como lo son I y II de Tesalonicenses, vemos que los creyentes no estaba preocupados si se iban a encontrar con sus familiares en el cielo, sino si estos resucitarían para estar juntos para siempre, cf. I Tes. 4:13-18. Con esto, no estoy negando que cuando morimos partimos al presencia del Señor, cf. Fil. 1:23. Lo que estoy afirmando, es que el cielo no es nuestra meta.
Finalmente, me gustaría traerle a su atención el libro de Romanos y de Apocalipsis. En Romanos, vemos escatología, no me refiero a los capítulos 9-11 que tratan con Israel, sino me refiero al capitulo 8, donde se nos promete que toda la creación será restaurada junto con nosotros, no para que nosotros nos vayamos a vivir a un lugar etheral, sino para que vivamos en ella. Apocalipsis, en sus dos últimos capítulos, vemos a una tierra restaurada, donde nosotros viviremos para la eternidad.
¿Puede seguir creyendo, con todas esas promesas, que el cielo es nuestra ultima meta como Cristianos?