Hace unas semanas escribí una entrada en mi blog que tubo que ver si uno gana o no credibilidad en internet si pone bibliografías en sus entradas, que lo pueden ver aquí.
Me topo que en la revista First Things, Laura Mitchell, estudiante de economía en George Mason University, escribe algo similar, sobre la comunicación por las redes sociales, en especial Facebook. En si, hace uso de algo que he querido usar para una serie de predicación, y ese es el método o filosofía de la comunicación expuesta por Aristóteles, el padre de la retorica clásica.
Les comparto el articulo, para su consideración.
Hay sólo unos pocos persistentes fotos de “Marriage Equality” de perfil de color rosa y rojo en mi fuente de noticias de Facebook. La magnitud de esa campaña, sin embargo, fue enorme. Aproximadamente 2,7 millones de usuarios de Facebook actualizaron sus fotos de perfil el martes, 26 de marzo que en el anterior martes.
Por supuesto, esta manifestación no tiene el poder de afectar directamente las decisiones del Tribunal Supremo. Pero seguro que puede energizar un movimiento.
Según un estudio del Centro de Investigación Pew, la mitad de todos los adultos hacen uso de sitios de redes sociales de Estados Unidos. Aún más crítico, el 80 por ciento de los jóvenes adultos de dieciocho hasta veintinueve usa de Facebook o sitios similares.
Los medios sociales pueden ser uno de los mejores facilitadores de un movimiento de base. Para los defensores del matrimonio gay y sus escépticos, a los grupos pro-aborto y pro-vida, las redes sociales pueden ser una herramienta muy poderosa, para bien o para mal.
Debido a que es tan diferente de la mayoría de los medios de comunicación, me gustaría ver lo que hace a Facebook una plataforma única- junto con algunas cosas que pensar cuando se la usa retóricamente.
Tus mensajes serán (probablemente) de sólo lectura por las personas que te conocen.
Aristóteles, aclamado como el padre de la retórica clásica, habló de tres recursos que componen un argumento. El primero de ellos es el ethos, o la credibilidad del autor. Independientemente de la coherencia lógica de un argumento, la gente tiende a creer aquellos que les tienen respeto, tanto intelectual como moralmente.
Tus amigos de Facebook te conocen de alguna manera. Y si ellos no te conocen bien, tienen acceso a tu perfil, que por lo general les puedo decir lo suficiente acerca de su carácter. Mientras que Facebook no es una red de profesionales, la mayoría dudan en aceptar una solicitud de amistad de un jefe o maestro.
Hay también tu entrega en tener en cuenta. No importa el contenido, si publicas un estatus lleno de errores ortográficos, se te da de baja debido a que el sonido no inteligente. Si no podemos exigir el respeto de nuestros adversarios intelectuales, ya hemos perdido.
Tu audiencia no es auto-selectiva.
Tu compañera conservadora, la loca tía Tina, y la vecina de la infancia verán todos tus mensajes, si están interesados ??o no. Esto arroja una especie de llave inglesa en segunda apelación retórica de Aristóteles, pathos, que gira en torno a conocer a tu público y la emoción que quiere inspirar en ellos con tu argumento.
Si bien esto puede ser algo desalentador, lo cierto es que Facebook simplemente no permite la publicación para el público objetivo. Uno no puede posiblemente publicar algo que atrae a todo el mundo.
Eso está bien, sin embargo. Nuestro público no es todo el mundo. Nuestro público no es ni siquiera necesariamente aquellos que son los mayores partidarios del movimiento que te opones-ellos no van a cambiar de opinión por que envió un meme pro-vida. Nuestro público está poblado por las personas en los márgenes que, o bien no han pensado mucho sobre el tema o están en la valla de su posición. Sin embargo, son un grupo variado, y todavía no hay una talla única para todos los argumentos.
Si bien es posible que no podrás convencer a tu primo, con quien con quien intercambiaste mensajes durante veintisiete comentarios en un estatus, pero puedes convencer a tu ex-compañero de la escuela secundaria, que leyó el intercambio, pero no contribuyó en nada a ella.
Parte de pathos, por supuesto, es permanecer consciente de que muchos en el público puede tener vínculos personales con estos temas delicados y hay que tener cuidado de hacer hincapié en la empatía sobre el juicio.
Facebook no tiene estándares de calidad.
Es decir, que un periódico puede rechazar su artículo de opinión, el botón “compartir” siempre funciona.
El ultimo recurso retórico de Aristóteles es logos, o la carne de lo que en realidad estás publicando y el razonamiento que utilizas para hacer tu argumento. Aunque Facebook no impone ninguna norma, la apelación de argumentos razonables y profundamente coherentes y sólidos se impondrán a la necesidad humana de coherencia.
Facebook no debe ser uno del único medio de comunicación de ideas y valores. Es tal vez análogo a gritar el Evangelio en una plaza pública. Puede ser útil, ya veces así es como nos encontramos con las personas que más necesitan de nosotros, pero nadie se atrevería a afirmar que se trata de un sustituto suficiente para interacción de uno-a-uno. Si queremos cambiar la cultura, tenemos que cambiar los corazones. Y el mejor medio social para eso es la amistad en la vida real.